La peor atención de parte de las mozas. Pareciera que están buscando que las despidan. En una época donde el trabajo escasea no hacen el mínimo esfuerzo por ser responsables y agradables en la atención. Llegamos, demoraron en acercarse a la mesa para tomar el pedido, y al acercarse apenas saludaron y con cara seria. Antes de eso mi pareja tuvo que pararse hasta la barra para pedir que nos atendieran siendo que había pocas mesas y la mayoría estaban servidas. El encargado tuvo que acercarse a 3 mesas, tres, para disculparse y preguntar cuál era la disconformidad. Aparenta ser un restaurante de nivel, el lugar es hermoso pero las mozas, en general llevan de a una "cosa" a la mesa, usan poco las bandejas, se olvidaron de las servilletas, éramos 4 , las pedimos y nos trajeron 2. Pedimos un cuchillo para cortar el trozo de torta que no elegimos, (pedimos torta pero no hubo opciones). Pedimos 3 té, escones y una porción de torta. Éramos 4 y trajeron 3 escones y una porción de torta. Para la torta trajeron 4 cucharas en vez de tenedores; pedimos un cuchillo y se olvidó del pedido, cuando lo reclamamos vino el encargado a ver qué pasaba. Y las chicas caminaban a paso de tortuga y como dije llevaban las cosas de a una. A una mesa le llevaron una botella de coca cola y una de agua, al rato, al rato, les llevaron las copas.
Y para rematar... nos cobraron 3 té completos cuando solo consumimos 4 tazas de té, 3 escones y una porción de torta, si la política del lugar era que aunque no pidieras té completos te los cobrarían igual, nos tendrían que haber avisado y nos llevábamos para casa el resto, porque el té completo incluía sandwiches calientes, alfajores y más. Pésima la atención. Las chicas tiran para atrás, cualquier persona emigrante habría sido más simpática y servicial. Nunca volvieron a preguntar si queríamos algo más. Respeto mucho el trabajo de los mozos/as pero este servicio dejó mucho que desear. Mi pareja no reclamó por el cobro de más porque primero pagó con tarjeta y luego miró la boleta, muy mal de su parte, pero él no quiso discutir. A todas las mesas demoraban en irles a tomar los pedidos.
Almar: quieren mejorar? Preparen a esas chicas en atención al cliente o prueben con otras.
A la gente mayor la tratan de vos. Ni siquiera de tú. Nunca les salió una sonrisa. Al encargado le pasaron por arriba. Él tuvo que disculparlas y al acercarse dijo que últimamente la gente estaba enojada, no sabía por qué la gente se enojaba, es decir, la culpa era del cliente. La única que me enojé fui yo, pero ni siquiera le hablé, miré para afuera, mi pareja y mi padre le hablaron perfectamente al encargado. Pero él nunca se hizo cargo de la mala atención, la culpa era del cliente porque supuestamente estaba enojado.
- 20/03/2022